Al llegar a esta etapa de mi proyecto educativo, me invade un profundo agradecimiento a Dios por su fidelidad constante y su infinita bondad. Puedo reconocer con claridad una diferencia significativa entre mi vida antes y después de comenzar mis estudios en la Universidad de Montemorelos Virtual. Ha sido una transformación para bien, tanto en mi interior como en mi servicio.

Durante este camino, he enfrentado momentos de dificultad en el hogar y desafíos que, humanamente, parecían insuperables. Pero ha sido precisamente en esas circunstancias donde más he experimentado la gracia divina. Caminar tomado de la mano del Señor y confiar en su poder ha sido mi ancla segura, permitiéndome avanzar con esperanza, firmeza y gozo en medio de las pruebas.

Uno de los aspectos que más valoro de mi experiencia en la UM es el enfoque en la metodología de estudio, que me ha enseñado a ver cada hora dedicada a la Palabra como una inversión con propósito eterno. Estudiar ya no es solo un deber académico, sino una experiencia espiritual que me revitaliza en cada sesión y me lleva a un conocimiento más profundo de Cristo y de su voluntad.

Este crecimiento ha impactado directamente mi participación en la iglesia. Mis predicaciones, estudios bíblicos y labores ministeriales han tomado un nuevo significado: cada una de ellas es ahora una oportunidad para dar testimonio de mi fe con convicción, sensibilidad pastoral y fidelidad a la verdad. Me siento cada vez más comprometido con el llamado que Dios ha puesto en mi corazón: ser un ministro que sirva con autenticidad, pasión y entrega a su iglesia y al mundo.